martes, 29 de diciembre de 2009




¡Feliz, feliz Navidad, la que hace que nos acordemos de las ilusiones de nuestra infancia, le recuerde al abuelo las alegrías de su juventud, y le transporte al viajero a su chimenea y a su dulce hogar! (Charles Dickens)
Desde APRAF-A os queremos agradecer todo el esfuerzo que realizais para que los niños en un futuro puedan disfrutar de un recuerdo agradable de su infancia.
¡FELIZ NAVIDAD Y PRÓSPERO AÑO NUEVO!

miércoles, 9 de diciembre de 2009

la tarea anónima de las familias acogedoras

Cada cierto tiempo salen a la luz pública casos de niños que son maltratados y ultrajados hasta límites inimaginables por las personas que más deberían quererlos, sus padres. Todo el mundo se echa las manos a la cabeza y manifiesta su desazón, a la vez que reclaman a los responsables del estado que tomen cartas en el asunto y eviten estas situaciones con más diligencia. La primera de las acciones cuando la situación es muy grave es que la administración pública actúe para retirar al menor de esa tortura. Hasta aquí bien. Sin embargo, más allá de estas medidas, lo más significativo es que el pequeño maltrecho sigue creciendo y debe recibir todos los cuidados y el cariño que precisa para madurar como persona. Tras la salida del menor de su entorno familiar necesita un soporte que encauce su vida y alivie su dolor, y para conseguirlo la mejor manera es que vuelva a formar parte de una familia donde se sienta querido, desarrolle un sentimiento de pertenencia, eche raíces en un hogar y sea reconocido como una persona valiosa. Si cuando estos niños desaparecen de los medios de comunicación y caen en el anonimato no hubiese nadie que quisiera hacerse cargo de ellos, todos y cada uno de nosotros seríamos los responsables de estar condenándolos a vivir en un perpetuo desamparo.

Ante este panorama, muchos se preguntarán qué se puede hacer para que los más indefensos escapen de esa dinámica de profunda soledad. Primero, existen los centros de acogida que cumplen una función encomiable en primera instancia, pero que no suplen con garantías las necesidades emocionales del retoño. Se puede colaborar puntualmente para que tengan actividades, campamentos, etc., pero tampoco es suficiente. Estos gestos de la sociedad son positivos. No obstante, y deteniéndome en esta cuestión, yo quería resaltar como presidente de la Asociación para la Promoción del Acogimiento Familiar en Andalucía (APRAF-A) la enorme labor solidaria que realiza un conjunto de familias acogedoras en la provincia, siendo sus hogares los que proporcionan amor a tantos niños que se han visto desprovistos de una infancia saludable y feliz. Así que, dirigiéndome a aquellas personas que quieran adquirir un compromiso real con la infancia desfavorecida, están invitadas a nuestra sede o a que nos llamen para que conozcan la imprescindible tarea que supone el acogimiento familiar. Pueden llamarnos al 953087685 o acudir a la sede sita en C/ Castilla, 4, 1º G, de Jaén.
(Artículo publicado en la revista gratuita "Nuestro Barrio" de Jaén, dentro de la campaña de difusión 2009)